Saturday, February 22, 2020

Homilia - VII Domingo Ordinario - La Cuaresma

La Cuaresma está aquí. Es hora de limpiar el alma.
Al entrar en la temporada sagrada, nuestra Iglesia nos alienta a centrarnos en la superación personal.
Esta superación personal es la perfección de la que Jesús habla en el Evangelio de Mateo este fin de semana y no debe confundirse con el perfeccionismo tal como lo conoce nuestro mundo.
Jesús es explícito al explicar cómo se llega a ser perfecto: el perdón sobre la venganza, la generosidad sobre la avaricia, desear el bien a los enemigos sobre desear el mal a los enemigos.
En Levítico escuchamos algo similar en el Código de Santidad: no guardemos odio en el corazón hacia nuestras hermanas y hermanos, ni venganza, ni rencor, amemos a nuestros vecinos como a nosotros mismos. Estas palabras son por las que la enseñanza de Jesús en el Sermón del Monte resonó tan profundamente en sus  conciudadanos israelitas.
San Pablo también está instando a los Corintios (y a nosotros) a verse a sí mismos (y a nosotros mismos) como templos de Dios. Pero vivir esta realidad comienza por no creer en la sabiduría de este mundo, sino vivir la sabiduría de lo divino.
Al iniciar los 40 días de Cuaresma, aquí hay cinco maneras de avanzar hacia la perfección:

1) Concéntrese en una persona en su vida con la que lucha y trabaje en mejorar esa relación

2) En lugar de simplemente renunciar a algo esta Cuaresma, también elija algo adicional que hacer para mejorar así mismo  

3) Ayunar un día (o una comida) a la semana para recordar a aquellos que se quedan sin comida todos los días, en todo el mundo

4) Encuentre una causa benéfica en la que crea y done a su misión

5) Ore un Padre Nuestro a primera hora al despertar cada mañana y un Ave María como lo último antes de dormirse cada noche

Que nuestra Cuaresma esté llena de crecimiento y superación personal y bendiciones mientras estamos listos juntos para la Resurrección en Pascua. 


Lent is here. Time for a soul cleanse.
As we enter the sacred season, we’re encouraged by our Church to focus on self-improvement.
This self-improvement is the perfection Jesus is talking about in Matthew’s Gospel this weekend and should not be confused with perfectionism as our world knows it.
Jesus is explicit in spelling out what being perfect looks like: forgiveness vs. revenge, generosity vs. stinginess, wishing good on enemies vs. wishing ill on enemies.
In Leviticus, we hear something similar in the Holiness Code: bear no hatred in our hearts for our sisters and brothers, no revenge, no grudges, love our neighbors as ourselves. These words are why Jesus’ teaching in the Sermon on the Mount resonated so deeply with his fellow Israelites.
 St. Paul also is urging the Corinthians (and us) to see themselves (and ourselves) as temples of God. But living this reality starts with not buying into the wisdom of this world but living the wisdom of the divine. 
As we kickoff the 40 days of Lent, here of five ways to move toward perfection:

1. Focus on one person in your life who you struggle with and work on improving this relationship

2. Instead of just giving up something this Lent, also pick something extra to do to improve yourself

3. Fast one day a week to remember those who go without food daily around the world 

4. Find a charitable cause you believe in and give to its mission

5. Pray an Our Father first thing when waking up each morning and a Hail Mary as the last thing before falling asleep each night


May your Lent be filled with personal growth, self-improvement and blessings as we together ready for the Resurrection at Easter.






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